Me río porque soy feliz a tu lado. Porque tus dedos hábiles me tienen satisfecha, porque tus actos perversos en mi cuerpo me hacen desearte todos los días, a cada hora. Trabajar pensando en ti, comer pensando que es sobre tu cuerpo, dormir soñando que me follas. Reír es bueno, es sano; pero gemir… gemir es mejor. Y gimo todos los días.
Mis gritos los apacigua tu mano pidiendo silencio, que no nos escuchen, que no nos descubran. Lo que me gustaría que me dejaras gemir al correrme, gritarte cuando exploto, arqueando mi cuerpo y abandonando mi sexo a la intensa sensación de sentirme mil veces penetrada por tu carne dura y dispuesta. Desplomarme rendida y aun no satisfecha, deseando volver a escuchar las obscenidades que hasta hace un momento prodigabas a mi cerebro en fase sexual completamente activada. Nada más que sexo. Sólo buen sexo
Nada más que sexo contigo.