Tu entrada se abre a mí como la oscura cueva que eres…
Me tiemblan las piernas… La negrura es tan profunda que me da miedo. Tu voz sale de dentro, pero mis pies siguen anclados al suelo sosteniendo las copas de tus dos amigos. La mía está en la mesa, donde las marcas de las rayas de coca han quedado esparcidas.
La música suena arriba. Local gay en la planta alta, casi burdel en la baja. En una esquina un televisor de gran pantalla lanza imágenes pornográficas de sexo no consentido, una tía atada y salvajemente violada. Me da morbo mirarla… Me llevo una copa a los labios. Sabe a ron. Y yo ya no recuerdo lo que había estado bebiendo. Lo que recuerdo es la música arriba, tu baile conmigo y tus amigos mirando. El morbo de saber que tienen las pollas tiesas pensando en mi culito.
Luz tenue de bombillas en tulipas naranjas, pared forrada en tela que supongo que intenta disimular la humedad, pero allí huele a moho viejo. Tal vez es mi nariz, que al no estar acostumbrada a esnifar nada, se encuentra en esta tesitura de sensaciones. Me moquean las dos fosas… eso es lo único que ahora sí tengo claro. Que vaya a entrar en el cuarto oscuro… eso ya es otra cosa. Arriba parecía tan excitante… Aquí abajo, vacía la antesala donde resuena la música de forma apagada y lo que de verdad llena los oídos es el retumbar de golpes en los cuartos y la película porno… aquí abajo no consigo despegarme del lado de la mesa.
Gemidos.
Golpeteos.
Pero quiero entrar. Me horroriza que me atraiga tanto… Que me folle uno, o que me follen varios.
Que me follen varios… Que me ensarten con sus pollas tiesas y me hagan el daño que finge la actriz que se masturba ahora en la pantalla. Ser usada para el goce de tíos sin ponerles nombre. Tal vez eso sea, en definitiva, lo divertido. Que parezca que no quieres, que parezca que te duele…
Y yo aquí afuera… Olisqueo, busco tu polla. Pero hay muchas, seguro. Ya verás como al final no consigues metérmela. ¿Cuántos tíos habrá en esa sucia ratonera? Por favor, por lo menos cinco. Menos no quiero. ¿Y si al final no pruebo la tuya?
Dejo la copa, saco la mano. Me chupo los dedos paladeando mi coño salado.