Mañanas de Sábado.

Lo bueno de despertar un sábado es que no hay prisas; no hay que enfocar la vista al despertador intentando averiguar la hora, y no hay que estresarse cuando la luz que entra por la ventana te dice que es más tarde de lo que imaginas.

Lo bueno de los sábados es que puedo girarme y encontrar tu cuerpo a mi lado, abrazarte con un brazo de forma despreocupada, y pegar mi piel a la tuya buscando tu respuesta.

Tu erección…

Lo bueno de los sábados es que puedo disfrutar de tu dureza sin que me importe que esté llega do tarde a alguna parte. Y que luego, tras el combate, podré darme una ducha para retirar las señales que dejaste en mi piel.

Y que vendrán tus manos a enjabonar mis cabellos, a aclararlos con agua caliente y limpia, y peinarlos con paciencia mientras nos tomamos el primer café de la mañana…

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Magela

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