No debiera ser así, pero me siento menos. Me miro al espejo, pasando las manos por el abdomen; abultado, por los meses de embarazo. Me siento menos y lo odio, por más que mi cuerpo se ha amoldado bastante bien a los cambios, y aunque mi preñez es más que evidente, sigo teniendo unas curvas muy deseables. O eso creía… …