Sí, es verdad, soy mala. Me quemo en las mentiras de tus palabras, pero no me importa. Las verdades a medias en el sexo tampoco son buenas, por no decir que las palabras completamente ciertas pueden hacer igual de daño. Si no hay nada establecido, ¿qué es verdaderamente lo correcto? Refugiarme en tus deseos para no indagar en los míos, …