Ya llega otra vez tarde… Otra vez plantada. No quiero mirar el puñetero reloj. No pienso desquiciarme nuevamente. Aquí, al lado de esta puta cabina de teléfono, porque el móvil se ha quedado al fin sin batería, llevo ya un buen rato pasando frío con el minivestido de criada. Debí imaginarlo cuando elegí el disfraz, era obvio que otra vez …