Rozar tu piel apenas con la yema del dedo… y sentir que se aleja tu espalda. Un suspiro mío… uno tuyo… No me dejas acercarme, no me dejas alejarme. ¡Maldito seas mil veces por convertir mi vida en el juego loco en el que se ha transformado! Desearte y no poder siquiera imaginar cómo sería estar, por un solo minuto, …