Sentirte otra vez

magela Cartas de mi Puta, Cartas de mi Puta y Otros Cuentos Eróticos 1 Comment

Hubo un tiempo en mi vida en que separaba las piernas y los hombres acudían… Sí, en manada acudían. No sé si me olían, no sé si la vista de mis carnes prietas les excitaba, imagino que el sonido de mi voz llamándoles también ayudaba…

En ese tiempo disfruté de sus sexos tanto como pude, tanto como me ofrecieron. Fui amante y confidente, amiga y puta… Escuché tanto sus quejas como sus jadeos, sus lindas palabras y los insultos de los que tanto mi cuerpo gozaba. Sentía sus almas… escaparse por la leche espesa que me derramaban. Sentirlos latir… y no solo en la parte con la que me penetraban.

Los oídos son buenos para cierto tipo de males. Yo curaba de todo, sobre todo las ansiedades. La gente no puede entender que en el arte de una buena mamada puede residir la capacidad para aliviar la tensión que acongoja el alma. Dejarlos correr en mi boca, y luego tragarla… Dejarlos formar parte de mí mientras sus pollas impiden que el aire me alimente los pulmones. No porque me cuenten cosas, sino porque el jadeo que escucho salir de sus bocas sé que es para ellos una liberación. Por eso repetía, por eso probaba pollas. Escucharles gemir, sentirles vibrar… Para mí, que disfrutaba con sus corridas, el mejor sonido era el de sus voces llamándome puta.

Sentir sus descargas…

La liberación más absoluta, la relajación más sincera… Una corrida… Un interminable segundo en el que no importa nada. Ese segundo era mío, ese segundo me llenaba las horas muertas de la impertinencia de mi vida vacía.

Y ahora, con anillo de casada, con las piernas siempre cruzadas y la boca cerrada… Ahora, con la lengua anhelante, los labios tensos y la garganta preparada… Ahora, partida el alma en dos ante la duda de saber si al separar las piernas acudan igualmente olfateando mi sexo…

Ahora…

Ahora tiemblo ante la posibilidad de que alguien, justo detrás de mi oído… acariciando con la lengua la piel calentada con miradas severas y lascivas…
Ahora tiemblan mis piernas porque alguien me llame puta.

Comments 1

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *