Tú, mi amante; yo, la tuya…

magela Cartas de mi Puta, Cartas de mi Puta y Otros Cuentos Eróticos 1 Comment

Y cuando las luces se apaguen y sienta tus labios sobre mi piel caliente gemiré… lo sé. Lo he hecho tantas veces…

Desearé escucharte susurrarme cosas obscenas, desearé que me soples allí donde necesito tus caricias. Soñaré con sentir el surcar de tus dedos por mis pliegues hasta localizar los puntos que reclaman tus atenciones con mi súbita agonía. Moriré… si no me tocas…

Aspiraré el embriagante sudor de tu piel a la vez que saborearé tus carnes. Lameré y besaré cada recoveco ofrecido de tu cuerpo porque es allí donde desearás que me pierda, y te extasíe. Dormitaré en tu vientre al terminar la noche, despertaré contigo en mis entrañas al amanecer el día. Me surcarás, y te surcaré, porque así hemos decidido entregar nuestros cuerpos enfebrecidos.

Beberé tu esperma, te saciarás con mi acidez…

Me rendiré a la inquebrantable determinación que se propuso ser el mejor de mis amantes, y al que dejo serlo… todas las noches… Mi hombre amado, ese ser que se funde con mi espalda en cada abrazo. Mi hombre complaciente, mi macho erecto, mi amigo dulce… solo a veces.

Mi amo…

Mi vanidad se desdibuja al entrar en contacto contigo. Nada importa salvo como me ven tus ojos. Si tus manos aceptan mis curvas como te las ofrezco no me importa cómo me miren esos otros ojos que se pierden en mi cuerpo. Esos que dices que no te molestan, mientras que sean los tuyos a los que yo ofrezca la totalidad de mis carnes prietas.

Vanidad…

En un tiempo, si la hubo… Ahora, solo recuerdos vagos.

Tus labios saborearán mis labios, y esos recuerdos se terminarán difuminando. Nada queda de las otras huellas que marcaron mi piel, sino para cuando tú quieres jugar con ellas… Esos recuerdos desaparecerán hasta que los reclames, para paladearlos en el lecho y disfrutarlos por el morboso deseo de hacerlo.

Palmearás mis nalgas, tironearás de mis cabellos. Morderás y morderé. Te arañaré…

Te imaginaré como quiero disfrutarte, me transformarás en la musa que siempre te empalme. Me doblegarás para que sea esa mujer dichosa de saberse deseada, me dibujarás hasta obtener de mí la imagen perfecta a la que idolatras. Y me dejaré moldear como el barro porque quiero manchar tus manos y llenar tus poros del producto final que te ofrezco. Mi cuerpo es lodo cálido, y tú lo mojas hasta compactarlo.

Seré tu bruja, la que con sus pócimas te atraiga. Seré el animal que salte sobre tu cama. Seré la niña que se disculpe por sus travesuras, y a la que tienes que enseñar buenos modales. Seré la hembra que se meta en tu mente, en tu polla, en tu alma.

Me abriré para ti, me penetrarás muriéndote por hacerlo. Gozaremos. Nos correremos.

Gemiremos…

Dormitaré entre tus brazos, como siempre quise. Te adormecerás con mis ronroneos, como siempre quisiste.

Cada noche, cada día. En cada momento que choquen nuestros cuerpos, en cada segundo que queramos compartir la piel del otro. Porque los amantes se desean sin límite, y el deseo de mi amante, tú, es el que me hace encender… y brindarme…

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