Excitada

magela Cartas de mi Puta, Cartas de mi Puta y Otros Cuentos Eróticos 7 Comments

¡Dios! Estar caliente en mi cama, retorcerme y sentirme mojada entre las piernas… Arder y sudar, temblar y desfallecer. ¡Y desearte! Sí… Desearte…
Desesperada por sentirte enterrar en mí, ansiosa por perderme en tu lujuria. Cachonda… completamente cachonda. Y no lo niego… Así me tienes porque así me has puesto, con cada palabra y cada mirada. Muero por ti, por tu cuerpo enredado en el mío, por tu boca robando el aire que exhalo…
Y por tu sexo… ¡Oh, sí! No lo dudes que es por tu sexo… Por esa forma de dominar mi cuerpo, esa que sólo tú me has mostrado, perverso amante. Por esa manera de entender mis pasiones sin juzgarme, por la forma de aceptar mis recovecos sin reservas.
Y así ardo por ti, y suspiro y jadeo. Y me escucho hacerlo, y se me excitan los oídos al igual que la entrepierna.
Me miro en el espejo, que desde mi cama me dibujó cuando me poseías con violencia, y mi reflejo me devuelve una inquietante imagen. Roja la piel por los arañazos que me he dado al acariciarme, revuelto el cabello por agitarme sobre las sábanas… Espalda arqueada, buscando el consuelo que no llega.
¿Me deseas?
Moriría si me dijeras que no…
Mis piernas se entrelazan en un vacío donde desearían encontrar tus caderas, mis manos se aferran a mis pechos, como lo harían tus manos, y los torturo en tu honor, desesperada… En celo. Una perrita, seguro que pensarías, con la sonrisa torcida… si me vieras ahora.
Inquieta, sin dueño que aprisione mi cuerpo contra la dureza de la cama… y la dureza masculina que me empale y me destroce el alma. Excitada, mirando la piel que no reconozco y que quema sobre los huesos ante la desdicha del vacío. Mojada… simplemente mojada… esperando tu polla…
Me muerdo los labios, entrelazo las piernas y presiono la pelvis contra el colchón de la cama. Castigo en el que he decidido sumergir mi cuerpo, esperando a que vengas a saciarte y saciarme… cuando puedas y quieras… No entregaré la humedad que tú despiertas a otro, aunque créeme que ahora me pesa.
Y seguiré retorciéndome entre las sábanas, buscando el frescor de la tela donde mi sudor la ha dejado empapada… Y mi boca morderá la almohada, hambrienta de la carne dura que tu virilidad le ofrece. La lengua se pegará al paladar, deseosa de probar, nuevamente, el esperma que sólo tu polla puede regalarme.
Ese esperma que me alimenta, que me da de beber y me sacia por entera. Te derrames donde te derrames, allí acudirá mi lengua, loca por recoger tu esencia…

Esa polla que maldigo y bendigo…. Maldita calentura la mía, bendita ansiedad por tus carnes malditas.

Comments 7

  1. Anonymous

    Pensando…. simplemente pensando…
    Una oración a la Indiferencia y al abandono….
    Sensacional……

    Néstor

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