Mi mente es mi mayor tesoro.
¿Qué hace que nos lo queramos montar con una persona en vez de con esa otra? ¿Qué hace que nos atraiga alguien, tras irse la primera atracción física?
En el mundo liberal, como en el sexo en general, al final prima lo mismo. El morbo, la inteligencia, el deseo… No follamos con una persona simplemente porque tenga un cuerpo de infarto. Bueno, no nos acostamos más de tres veces con una persona sólo porque tenga un buen cuerpo. Si al final no consigue excitarte en la cama nada de lo que pueda ofrecerte servirá de mucho.
¿O a caso vamos a decir que nos metemos en la cama con alguien que sabemos que no nos va a proporcionar un buen orgasmo? En la cama, en el coche, o en la bañera. Ya sabemos que para satisfacer el deseo sexual no hay lugar ni horario, por más que nos quieran imponer, a veces, la cama y la nocturnidad.
Yo no me acuesto con alguien que no pueda cautivarme la mente. Me da igual el físico que tenga, que si me enciende la mente tiene la mitad del trabajo hecho. La otra mitad consiste en que pague la cena (es broma).
Mejor ofrecer una cabeza bien amueblada, con inquietudes, fantasías y mucho morbo. Con ganas de satisfacer y disfrutar, con ganas de experimentar.
Mejor follarse la mente… que el cuerpo.
Mejor que te folle alguien con una morbosa mente, que con con un buen cuerpo.