Corridas

magela Espiando a Magela, Una Mancha en la Cama Comenta

Corridas es el sexto relato que aparece en Una Mancha en la Cama.

Recuerdo el fondo de pantalla que le puse a mi segundo blog, Cartas de mi Puta, aquel día de septiembre de 2011 cuando lo abrí en Blogger. Digo segundo porque el primero fue un blog compartido para ayudar a alguien muy querido, que en su momento abrió un negocio de llamadas eróticas y necesitaba rellenar el blog desde el que se promocionaba. Le pasé un par de relatos y le hice la presentación de la página, una especie de introducción al mundo de la pornografía desde la palabra escrita. Me gustó tanto esa introducción que sigue ahí, en Cartas de mi Puta, tres blogs más tarde –el segundo el de Blogger, y el tercero ya en la web magelagracia.com.

¿Qué no lo has leído? Eso tiene fácil arreglo.

¿Te has corrido alguna vez cuando tus ojos se deslizan por las palabras escritas en páginas amarillentas, mientras sientes los latidos atenazando tu polla caliente y dura en el pantalón vaquero? 

¿No has sentido como un escalofrío recorre tu espalda desde el pubis, dándote la sensación de que necesitas aire… o mejor, una boca que recorra esa verga erguida desde su base hasta la punta? Muy mojada, mucha saliva caliente resbalando por unos labios carnosos pintados de rojo que se desdibujan manchando el rostro femenino.

Mi rostro… 

En su defecto puedes masturbarte, agarrar firmemente tu polla con la mano, rodear el capullo con los dedos gruesos y sentirla palpitar. Gemir.

¿Quieres correrte leyendo novela erótica? ¿Quieres que escriba porno para ti? ¿Quieres recordar estas palabras mientras estás conduciendo, acostado en la cama, o duchándote? ¿Quieres sentir como se te pone dura cuando el agua acaricia tu culo al entrar en el mar? ¿Quieres imaginarme jadear tu nombre mientras estamos separados, fantasear con cómo me masturbo tirada sobre la alfombra de mi dormitorio, como me penetro yo misma y me lamo los pezones… pensando en ti?

Como me estremezco al correrme… gritando tu nombre.

Imagina leche condensada resbalando por mis nalgas. Y ahora imagínala resbalando por mi coño rasurado. Imagina que la lames, que la chupas entera, y que yo te acompaño. Que nos pringamos entre sudor y azúcar.

Y ahora imagina que no es leche condensada…

¿Quieres?

Yo quiero que te corras pensando en mí.

Puedo hacer que te corras pensando en mí.

Puedo.

Puedo escribirte las cosas más calientes.

Puedo.

¿Quieres?

No sé lo que habrá sido de aquel primer blog para ayudar a aquella persona, aunque supongo que ya estará cerrado. O, tal vez, siguen mis relatos pululando por la red sin dueño ninguno. Tras abrir el segundo blog dejé de subir relatos a ese primero, también de Blogger, y poco después mi amiga dejó el negocio, por lo que dejé de visitarlo para ver cómo le iba.

Vuelvo a centrarme en lo que quería contar. El fondo de pantalla de mi segundo blog, Cartas de mi Puta. Era entre rojo y rosa, con unas manchas de puntura que resbalaban hacia abajo, como caen las gotas contra una pared en el momento de aplicar la brocha. Uno de los fondos estándar de Blogger, que coloqué con mucho cariño porque me recordaba una fantasía que había tenido siempre, y que plasmé años más tarde en forma de relato.

Corridas salió de una charla con un lector y escritor que se hacía llamar El de siempre. En verdad, como casi todo el mundo, usaba muchos nombres según la red social o el foro donde se encontrara. Yo nunca he sido capaz de cambiarme el nombre, y Magela Gracia es siempre el pseudónimo que he usado como escritora, y no creo que lo vaya a cambiar a estas alturas.

Corridas es uno de mis relatos preferidos, junto con La buena amiga. ¿Quién no ha soñado alguna vez con poner un plástico sobre una superficie plana –cama, suelo, una terraza al aire libre- y embadurnarse todo el cuerpo con pintura mientras disfrutan de una buena sesión de sexo? Ahora hay un producto que se te ofrece la oportunidad de hacer un cuadro con la silueta de los dos amantes –o la de una sola persona, ¡o varias!, que en el sexo todo vale-, para colgarla donde más te apetezca. Lo vi el otro día anunciado en una red social… ¡Habrá que probarlo!

Pero, cuando hablo de pintura, pienso también en comida. Cualquier cosa que manche, cualquier cosa que deje marca… ¡Qué más da! Mientras no sea tóxico, pases un rato agradable, y te deje un buen recuerdo… -y luego sea fácilmente lavable, que tener que raspar la piel con papel de lija no es para nada agradable-.

Por lo que he podido ir entendiendo a lo largo de los años, las fantasías con pintura son algo muy común entre las mujeres. También las que tienen relación con la comida, como el chocolate, la leche condensada -¿de qué me sonará a mí un chorretón de leche condensada?-, o la nata en spray. Si no lo has probado deberías hacerlo, ¡y rápido! Los plásticos para cubrir la cama son muy económicos…

Aunque ya sabes lo que opino de manchar las sábanas de la cama. Mientras sea con sexo, bienvenida sea la mancha. Para eso nos empeñamos en tener en casa una lavadora. No va a ser siempre la tierra que te traes en los guantes de jardinería los que se lleven las manchas más antipáticas de quitar con el conocido jabón líquido.

Hace tiempo que no sé nada de El de siempre, pero espero que lea este post, y se acuerde de mí.

Mancha la cama, ten sexo salvaje, y deja un bonito cuadro. Que lo abstracto está muy de moda adornando la pared del cabecero. En verdad, lo que está de moda es el sexo. ¡Y que nunca nos aburra!

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