Muñequera para los Durex

magela El Primer club liberal, Sodoma Comenta

Si eres de las personas que, como yo, se preocupan por mejorar su vida sexual previniendo la mayor cantidad posible de problemas de salud te interesa este post. El mundo liberal puede ser tan excitante y diferente que muchas veces nos olvidamos de la seguridad en las relaciones de pareja –y aquí, cuando hablo de pareja, generalizo a tríos, orgías, intercambios y un sinfín de posibilidades-. ¿Dónde vas a necesitar sentirte más seguro que en un lugar así?

Me llamó mucho la atención que, normalmente, en los clubs dejan a tu disposición unas bandejas con preservativos –normalmente de marca blanca- en los reservados o cerca de las camas. Junto a ellos, cajitas de pañuelos de papel, papeleras, e incluso en los más chic –léase también en los que más cara tienen la entrada-, pequeños sobrecitos individuales de lubricante. Comodidad ante todo, que a los visitantes no les falte de nada. Alguna vez he visto a un tío pasándole a otro hombre un preservativo de esas bandejas, a la voz de “a esta ronda invito yo”. Y es que no hay nada mejor que tomarse el sexo con humor.

Otra de las posibilidades para los preservativos: ¡una gran fuente de ellos en un lugar estratégico! Ya sabes, de esos recipientes tipo barreños transparentes que salen mucho en las películas americanas que van de fiestas de fin de curso, donde sirven el ponche. Por desgracia, ya te he comentado que soy muy mala con mi sentido de la orientación, y si va a depender de mí encontrar ese punto estratégico dentro de los pasillos… probablemente tardaré en volver. O quizás no vuelva ¡No sin mi GPS!

Me imagino la cara de mi novio esperando en la cama de uno de los reservados, observando a la fauna visitante mientras yo ando perdida en las entrañas del club medio en penumbra. Seguro que no se le ocurre pensar que me apeteció más liarme con otro tío. Creo que, a estas alturas, sabe de sobra que lo de la orientación no es mi fuerte. Mira que siempre me lo anda diciendo, “toma puntos de referencia”. Pero en el club, con tanto hombre desnudo y tanta pareja teniendo sexo desenfrenado, los puntos de referencia en los que se me ocurre fijarme son bastante móviles. ¡Y claro! Cuando vuelvo a pasar por un pasillo el caballero del bonito antifaz ya no está allí, y de poco me sirve haberme fijado.

Por eso, una de las cosas que llevo mencionando desde hace bastantes posts es la posibilidad de que te compres una muñequera donde meter tus propios preservativos. Y digo bien, los vuestros, los que os agrada usar, con los que os sentís cómodos usando en pareja y que os van a aportar la mayor seguridad y placer a vuestra relación. Y es que, en el sexo con desconocidos –como suele darse en la mayoría de los ambientes liberales-, una de las cosas más importantes es la seguridad ante las diversas enfermedades que puedes contraer, y que te puedes ahorrar cuando usas preservativo para TODO. De eso no hace falta que te hable, imagino. Cuando te acuestas con una persona te estás acostando, además, con todas con las que se ha acostado anteriormente, y si hablamos de alguien del mundo liberal puede que esa lista se te haga tan larga que lleguen a asustarte los números. Por ello, al igual que te recomendé invertir en un GPS, invierte en una muñequera guardacondones. ¡Y en buenos preservativos!

Las muñequeras a las chicas no nos suelen quedar bien, y menos con los modelitos que a veces nos ponemos, pero a los hombres no les importa mucho llevarlas. De todos modos, siempre es mejor desentonar con la indumentaria que acabar teniendo problemas por no usar un buen preservativo. Reconócelo, ir desconjuntada es un mal menor. Algunos hombres se las ponen en los tobillos, donde pasan más desapercibidas, y en ellas caben cómodamente unos cinco preservativos. No metas más, que al final acabarás rompiendo alguno de los envoltorios haciendo presión para que entren, y entonces ya tendrás un problema –si no te enteras con la emoción del momento-, o, en el mejor de los casos, tendrás que tirar el roto a la basura.

Si me permites, aquí en la intimidad y ya que nadie nos escucha, te comentaré que a mí me encantan los preservativos Real Feel de Durex. Y aquí es donde voy a meterme con otro de los asuntos importantes que quería destacar en este post.

Atenta.

¿Sabes lo que cuesta meterse en el morbo en una relación liberal? Ya te lo digo yo. Mucho. De primeras, a no ser que seas de mente muy muy abierta y completamente desinhibida, te va a costar excitarte con estas nuevas experiencias. Ojo, tanto te va a pasar a ti como a tu pareja. No será la primera vez que cuesta mantener una erección delante de tanta gente, y la presión del momento puede hacer estragos en el miembro del más pintado. ¡Pero no lo des por perdido! Para eso tienes que estar ahí en pareja, esa persona que sí te conoce en la cama, que sabe lo que te gusta y que seguro que está muy interesada en hacer que disfrutes de esta primera experiencia. ¡Es una sensación nueva para los dos! Por eso es tan importante usar un buen preservativo, tanto para ti como para él. Si el club liberal no os proporcionan los que a vosotros os sientan bien… ¡llevadlos! ¡Y no los dejéis en la taquilla! ¡Recuerda que suelen estar activadas por monedas de un euro, y el polvo va a salirte tremendamente caro!

Puede ser, incluso, que entre vosotros nunca uséis preservativos, precisamente porque en una pareja estable muchas veces no es el método anticonceptivo de elección. Pero en un club liberal tenéis que tener en cuenta que sirven para todo. Bueno, para rellenarlos de agua y estallarlo a modo de globo no, pero para casi todo.

Si usáis unos preservativos que os hagan sentir más y os hagan estar más tranquilos, será mucho más fácil que entréis en la dinámica, os excitéis antes y disfrutéis de forma sana y segura. Que la carne dura de un completo desconocido tiene su morbo, pero si puedes estar tranquila porque no vas a contraer ninguna enfermedad, y encima te ayuda a sentir el contacto como si fuera piel con piel –humedad de por medio, no lo olvidemos-, mejor.

Y ya puestos, cuando estás haciendo el pequeño bolso que te llevarás al club, no te olvides de los lubricantes y geles de masaje. ¡Ya te dije que las taquillas se quedaban pequeñas! Alquila una, hazme caso.

A ver. En muchos locales tienen también cremas hidratantes, aceites diversos, y una gran variedad de lubricantes para hacer que las relaciones sexuales te resulten más agradables. ¡Si lo que les interesa es que te quedes allí, deshidratándote y consumiendo alcohol o refrescos energéticos! Yo he llegado a ver auténticos bufet para que te repongas del esfuerzo con comida con muy buena pinta. Uno sabe a qué hora entra en un club, pero no a la que sale. Y, si nadie te espera en casa, y la gente empieza a llenar los rincones del local a las doce cuando tú llevas allí desde las ocho… ¿te vas a marchar antes? Pues no, no lo haces. Porque lo interesante se gesta después de las doce, incluso si me apuras después de las dos de la mañana. Y, a esa hora, sigue habiendo taxis en la puerta.

¡Benditos taxis!

Pues bien, a lo que íbamos. A mí una vez un caballero muy bien puesto intentó relajarme con una crema hidratante de uso común que puso a nuestra disposición la dueña del local. Resultado: piel enrojecida por una de las reacciones alérgicas más horribles que he padecido nunca. Acabé en el servicio de urgencias, teniendo que comentar que la crema no era mía, que no sabía si es que era alérgica a las manos del desconocido que me dio el masaje, y que no tenía ni idea de por qué tenía la zona de la vulva también inflamada del mismo modo, cuando se supone que allí los profesionales no se atreven a meter mano.

Como imaginas, muy ridículo todo.

Por eso, desde entonces siempre llevo mis cosillas yo misma, para evitar imprevistos.

Uno de los botes que llevo es el Durex Real Feel. El gel tiene muchas aplicaciones como buen lubricante que es. Imagina que te pones tan nerviosa ante la idea de separarle las piernas a otro hombre que no es tu pareja que no consigues excitarte. O algo mucho más sencillo aún. Piensa en la posibilidad de querer jugar simplemente con tu pareja delante de otras personas, para ir rompiendo el hielo y ver si os sentís cómodos con el sexo en grupo, y el miedo escénico hace que no andes húmeda precisamente. Para eso tienes los lubricantes de Durex, que os van a echar una mano para que vuestras relaciones sean más placenteras, sin restar en ningún momento fiabilidad a los preservativos que, gentilmente, le habrás ofrecido al desconocido desde la muñequera -¡compra!- que lleváis tu pareja o tú.

Otra forma de romper el hielo es jugar con los geles de efecto frío o calor como los lubricantes Durex Play Calor  y Durex Play Frescor . No hay nada más excitante que dejarte mimar por las manos de tu hombre y sentir cómo se van sumando las de otros desconocidos, recorriendo tu cuerpo con esos estímulos extra que da este tipo de complementos. O, desde el otro punto de vista, ¿te imaginas lo que tienes que disfrutar tú –sí, tú, el caballero pareja de la chica que te está leyendo este posts, no te escondas detrás de ella, que te he visto desde el principio-, si te acuestas y dejas que sea ella la que juegue con tus zonas viriles, embadurnándote a conciencia, mientras observas cómo otras mujeres desean hacer exactamente lo mismo con tu verga?

Túmbate en la enorme –muy enorme- cama, separa las piernas, y deja que los geles hagan su efecto. Si después de unos buenos preliminares no consigues que la cosa funcione… ese es el día en el que gastarás muchos euros en la barra del bar del club.

Para disfrutar del mundo liberal hay que sentirse excitad@ y segur@. No valen medias tintas. Si no disfrutas… no merecerán nunca la pena los nervios de atravesar sus puertas.

Hazme caso. Mete en tu bolso los productos Durex que te he mencionado, hazte con una muñequera, y deja que todo fluya. Mejor mojad@ y tranquil@ que sec@ y insegur@.

Eso era un anuncio de compresas, ¿no? Me suena lo de seca y segura…

Bueno, de la regla y los clubs liberales ya hablaremos otro día.

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Sí, es verdad. Este post está patrocinado por una prestigiosa marca de productos para la seguridad y el placer en las relaciones sexuales. Eso no hace que las cosas que te he mencionado en él sean menos ciertas. Nombro la marca porque son buenos productos, y sabes que es verdad. Si pensara que te estoy hablando de tonterías se me caería la cara de vergüenza, y no es el caso. ¡No tengo la cara tan dura! Las cosas que te he comentado aquí no son para tomárselas a broma. Las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados siguen estando a la orden del día. Y sólo hace falta fallar una vez para que te arrepientas toda la vida. ¿Estás dispuest@ a jugártela? Yo no lo haría. Si no has usado nunca los productos Durex te emplazo a que al menos te des un capricho. Ya luego me dices si no son los mejores que has usado nunca. Los dos estaréis mucho más tranquilos, y podréis disfrutar más del sexo. Es de lo que se trata, ¿no? Pues eso, tómatelo como un consejo de amiga, que al final es lo que es.

¿No le harías caso a tu prima si te lo dijera ella?

Y, por cierto… ¡Fabricantes de muñequeras de esas para meter preservativos! ¡Venid a mí!

Si es que en un momento montaré una tienda. Taquillas transportables, GPS, lentillas… Veremos a ver de qué os hablo el próximo día, que los clubs liberales tienen mucho jugo.

 

 

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