El largo de mi falda indica siempre mi estado de ánimo, al igual que el tamaño de mis tacones… O lo hacía, hasta ahora.
Siempre decía que si me maquillaba por la mañana era porque necesitaba reflejar un mejor rostro del que podía ofrecer de forma natural. Lo mismo me pasaba con los tacones. Si los llevaba, era porque necesitaba andar derecha, y con zapato plano yo perdía un poco las maneras.
Ahora me maquillo dependiendo del día, casi siempre si tengo tiempo. Uso menos zapatos de tacón alto, porque las prisas no son buenas cuando caminas sobre la punta de una aguja. Y uso falda corta si no tengo frío, que bastante bonitos son ahora los pantalones vaqueros.
En definitiva… No se puede juzgar a una mujer por cómo viste. La ropa muchas veces no refleja el estado de ánimo. Hay ocasiones en las que la usamos como barrera, para ocultar nuestras penas, y otras veces nos acicalamos con alegría, usando los colores que irradian en nuestro pecho a la hora de abrir el armario.
Hoy llevo falda corta y zapato plano… Y no me he maquillado. Hoy tardare en volver a casa, pero si me ves por la calle no pienses que voy triste y decaída porque la falda sea blanca. Mi reto: aprender a mover las caderas con la misma gracia que cuando calzo tacones altos.
Hoy va a ser un gran día aunque mis piernas sean más cortas.