¿Quién lo habría dicho cuando lancé en Amazon el primer libro. Ese que no esperaba que se convirtiera en saga. Ese que iba a ir destinado a hacerte pasar un rato agradable -y caliente- en la piscina, en la playa o donde estuvieras pasando tus vacaciones de verano.
Luego llegaron los mails…
Y las amenazas si no seguía con la saga.
No sabía que un lector podía ser tan insistente. Y, gracias a ti, Aunque sea su hermano… se convirtió en una bilogía, luego en una trilogía… y ahora ya son cuatro. ¿Cómo se dice? ¿Cualogía? No, eso me suena más a pato.
Pues aquí tienes el final de la saga en su formato original, pervers@. La mirilla, vigilando lo prohibido. A su hermano…
Gracias por esperar. Gracias por seguir ahí. Gracias por estar. Siempre por estar.
Venga, a leer, que el libro te espera.
Besos perversos.