Una mujer no sale de noche a bailar… va a buscar a su hombre. Sabe lo que quiere y sabe cómo conseguirlo… Va a buscarte… Y te encontrará, tenlo por seguro que te encontrará… Entra en su vestidor y decide el vestido que va a ponerse, sabiendo cómo quiere que ese hombre se lo quite después, como lo hará deslizar …
El sexo oral bien comprendido
Tu boca… el centro de mis pasiones y mis anhelos. Horriblemente deseada, tristemente consentida. Mala boca, diabólica boca, perversa boca. Me mantienes en vilo desde el alba, con tus sonrisas, tu seriedad, tus palabras y silencios. Ésa que me mata a ratos y me devuelve a la vida para dejarme caer en el más profundo de los abismos. Tu boca… …
Terapia a base de sexo
Entrechocar de lenguas, entrechocar de cuerpos. Tus brazos enredados en mi espalda, aferrados a mis nalgas y a mi escápula; los míos en tus cabellos. Lío de piernas, tropiezos de tacones y mocasines masculinos. Y risas. Muchas risas.Me encanta estar entre tus brazos, abandonarme a las sensaciones que me producen tus labios al explorarme, tus dientes al forzar mi labio …
Morir por tu sexo
Retazos de una noche de sexo desenfrenado, morboso y no apto para menores se entremezclan entre mis tareas de la mañana… Eso es lo que tenemos tú y yo cada noche, Sexo con mayúsculas. No hablo de meterla… hablo de sentir que esa verga destroza todo resquicio del deseo de mi alma de sentirse normal… la normalidad no aceptada de …
Negarnos el sexo…
¿Escribirte, dices? ¿Para qué? ¿Para no recibir nunca respuesta, para no tener nunca una palabra amable tuya, un guiño, algo que me pueda recordar que estás ahí…? ¿Para calentarte? ¿Para que te corras leyendo lo que te escribo, para que sueñes que todo podría ser de otra manera? Imagina que hoy, solo por un momento, hubieras metido la mano debajo …
Recuérdame…
Acostarme en mi cama ya no va a ser lo mismo. Tiene tu olor, disimulado, y veo tu silueta recortado sobre el blanco de la colcha arrugada. Y nunca podré ponerme ese pañuelo al cuello sin imaginarme que me agarras de él para obligarme a besarte… y luego a lamértela. No podré cocinar sin que se me caliente la entrepierna …
¡Qué pena!
¿Ya no me deseas? ¿No quieres volver a retozar desnudo a mi lado, acariciarme la curva de las nalgas en preludio de lo que vendrá? No me digas que no tienes ganas de que me monte sobre ti para besarte, que deje a la vista la generosidad de mis pechos y mis muslos presionen tu pelvis caliente. No puedo creerlo… …