Y cuando las luces se apaguen y sienta tus labios sobre mi piel caliente gemiré… lo sé. Lo he hecho tantas veces… Desearé escucharte susurrarme cosas obscenas, desearé que me soples allí donde necesito tus caricias. Soñaré con sentir el surcar de tus dedos por mis pliegues hasta localizar los puntos que reclaman tus atenciones con mi súbita agonía. Moriré… …