El perfecto acoplamiento entre los cuerpos, donde solo se distingue el inicio de uno con el término del otro por el color de la piel, me deja completamente perturbada. Me pediste que mirara, y eso hago. Y ahora no sé cuánto podré resistir sin sucumbir al deseo de unirme a completar el cuadro. Amigo perverso… no me vuelvas a pedir …
Metal contra metal
No es lo mismo esperarlo… que sentirlo. Avisarte ha sido parte del plan; te lo habría dicho aunque no me hubieras preguntado. Tenerte expectante, sintiendo el sonido de las esposas a cada movimiento en tu trabajo ha sido la guinda perfecta para tu calenturienta perversión. Esperabas verme entrar en tu despacho con ellas guardadas en el bolso, ¿no? Lo que …