Terapia

magela Otros Relatos Eróticos 2 Comments

  Del cuello y del pelo. Ahora mismo no recuerdo si de algún sitio más… Porque aunque me sentía completamente inmovilizada no recuerdo las manos sujetas, o las piernas atadas. Sí, es cierto que las piernas no podían servirme de mucho cuando lo tenía encajado entre ellas, y sus caderas bombeaban con frenético ritmo, follándome para conseguir correrse lo antes …