El perfecto acoplamiento entre los cuerpos, donde solo se distingue el inicio de uno con el término del otro por el color de la piel, me deja completamente perturbada. Me pediste que mirara, y eso hago. Y ahora no sé cuánto podré resistir sin sucumbir al deseo de unirme a completar el cuadro. Amigo perverso… no me vuelvas a pedir …
El bicho
Adaptar las caderas a sus formas sinuosas y duras… brillantes y frías. Las piernas pegadas al metal enfundadas en medias, las nalgas al cuero del sillín sin nada entre ellos… Manos en el manillar, aferrándolo como si fuera una parte de tu anatomía. Sentirse sexy es más que una actitud, después de todo. No mirar a cámara. Ojos caídos contra …