Aún no me había quitado las legañas de los ojos cuando mi novio vino a despertarme con la tablet en la mano. Algo extraño tenía que estar pasando, ya que por norma general yo era la que dormía poco, y él era al que siempre despertaba yo, preferiblemente con una mamada o restregando el culillo contra su entrepierna. – ¡Dormilona, …
El bicho
Adaptar las caderas a sus formas sinuosas y duras… brillantes y frías. Las piernas pegadas al metal enfundadas en medias, las nalgas al cuero del sillín sin nada entre ellos… Manos en el manillar, aferrándolo como si fuera una parte de tu anatomía. Sentirse sexy es más que una actitud, después de todo. No mirar a cámara. Ojos caídos contra …