Dormita a mi lado, tras la batalla, amante mío. Mereces el descanso del luchador agotado, y mi cuerpo caliente desea dártelo. Duerme tranquilo, que yo velaré tu sueño, y observaré las facciones de tu rostro hasta que el alba decida despertarte. En darte la vida nuevamente, con las fuerzas recuperadas, se afanará mi boca con los primeros rayos. Estira tu …
¡Atame!
Gemí… gemí y jadeo. Por dos motivos… Uno es que estaba excitada. Sin duda alguna, me tenías la entrepierna completamente mojada. Los labios de la vulva estaban hinchados y enrojecidos, y eso que apenas si habías tenido tiempo de centrarte en ellos… Aun… El otro motivo, que habías tenido que forcejear conmigo a base de bien para poder tenerme como …
Mentirosa
Deja que ahora te mienta… lo necesito. Mi cuerpo me pide otra cosa, pero mi mente no le va a dar tregua. Te voy a mentir, que lo sepas, y decirte que no siento nada al pensarte… O tal vez te diga todo lo contrario, y te diga que te amo. ¿Quién sabe? Soy mala. Te miento siempre, o tal …
El saber estar…
Mi cara de sorpresa con tu respuesta, tus ojos ilusionados a la espera de la mía. Un guiño, una sonrisa, un asentimiento. Un compromiso… tu regalo. Decididamente organizar toda esta parafernalia para ofrecerte lo que quieras pedirme por tu onomástica tal vez me fuera a salir tremendamente caro. Una caída de los párpados al hacerte el ofrecimiento mientras la música …
Mi porteño
Mírame a los ojos y quémate en sus llamas. Estoy prendida de deseo, encelada. Estoy llena y vacía. Liviana. Loca y cuerda… Pero sobre todo… excitada… Mira como cruzo las piernas. Desea tocarlas; allí quiero tus manos, allí necesito tus dedos, en la unión de los muslos con las nalgas, donde la curva se vuelve deseo y el deseo prende …
La tabernera
¿Cómo había empezado todo? Ni lo recordaba bien, y tal vez ni debiera recordarlo. Tenía en la lengua la sensación del alcohol de la noche y el dolor de cabeza, pero no podía asociar las imágenes de forma concreta. Tampoco podía saber cómo había llegado hasta la calle… aunque lo intuía. En mi mano, solo la nota de papel que …
Tú, mi amante; yo, la tuya…
Y cuando las luces se apaguen y sienta tus labios sobre mi piel caliente gemiré… lo sé. Lo he hecho tantas veces… Desearé escucharte susurrarme cosas obscenas, desearé que me soples allí donde necesito tus caricias. Soñaré con sentir el surcar de tus dedos por mis pliegues hasta localizar los puntos que reclaman tus atenciones con mi súbita agonía. Moriré… …
Lamentos…
¡Pero por qué habré sido tan estúpida! Me corren las lágrimas por las mejillas de miedo e impotencia; me como las uñas a rente, como nunca había hecho, de la ansiedad tan grande que me atenaza el pecho; simplemente, como resumen muy vago, podría decir que me siento morir… Me odio por tonta, me odio por pasional, me odio por …
Mírame bailar…
¡Mírame bailar! Y sufre… Aquí arriba soy la reina. Deséame y muere por mis huesos. No volverás a tocarme, eso me lo he prometido. ¿Has creído que porque una vez me dejé seducir va a tenerme disponible? Imbécil… Sufre… sí. Siente tu erección y muérete de ganas. No volverás a enterrar tu polla entre mis piernas, no volverás a disfrutar …
Tu querida…
Rozar tu piel apenas con la yema del dedo… y sentir que se aleja tu espalda. Un suspiro mío… uno tuyo… No me dejas acercarme, no me dejas alejarme. ¡Maldito seas mil veces por convertir mi vida en el juego loco en el que se ha transformado! Desearte y no poder siquiera imaginar cómo sería estar, por un solo minuto, …