Papeles revueltos sobre la mesa, desordenados, como mi cabeza. Muchas ideas para seguir trabajando, pero el temblor de mi mano me impide que coja la fuerzas para ponerme a ello. Me estremezco, y no es por el frío. Suspiro y cierro los ojos, alejando el hastío. Si tuviera tus manos sobre los hombros, guiando mis pasos, mi actitud sería diferente. Pero hoy me cuesta centrarme, mantener la postura y sonreír al papel en blanco.
Hoy quiero decirte que me faltan ganas…
Hoy quiero decirte que volverán; siempre vuelven.
Hoy el papel se burla de mí. Mañana lo emborronaré yo, y dibujaré una sonrisa en una esquina, a modo de simpática firma.
Suspirar es bueno. Cerrar los ojos sienta bien. Y dejar para mañana lo que es imposible que salga bien hoy… también.
Pienso seguir con los ojos cerrados, suspirando. Soñando y recordando…