Papeles revueltos sobre la mesa, desordenados, como mi cabeza. Muchas ideas para seguir trabajando, pero el temblor de mi mano me impide que coja la fuerzas para ponerme a ello. Me estremezco, y no es por el frío. Suspiro y cierro los ojos, alejando el hastío. Si tuviera tus manos sobre los hombros, guiando mis pasos, mi actitud sería diferente. …
Ganas de quererte
¿Y dónde dices que dejaste mis ganas de quererte? Vete a buscarlas, por favor. No me quiero ver un día más sin ellas. ¿Te ha gustado este relato? Apúntate a mi lista de correo para que no te pierdas nunca ninguno. Te mandaré un relato inédito de regalo. * Campos requeridos: Dirección de correo Nombre Primer Apellido