El dueño de mis sueños. El dueño de mis pesadillas.
El hombre que me hace avergonzar cada vez que me descubro espiándolo en la ducha, cada vez que me masturbo pensando en él… cada vez que pierdo la cabeza por los celos pensando en las mujeres a las que se folla. Sí, no consigo quitármelo de la cabeza.
Es, por lo menos, ocho años mayor que yo, aunque a estas alturas he perdido la cuenta. Estudia el último año de su carrera -arquitectura- o está haciendo algo llamado <<proyecto>>, aunque no me suele hablar ya mucho de ello. En verdad, hace un tiempo que dejó de hablarme casi. Creo que se ha dado cuenta de que lo espío y ha tratado de poner espacio entre nosotros. Y lo entiendo, la verdad. Imagino que para él tiene que ser muy incómodo que una mocosa como yo ande detrás de él -de su polla, para ser más exactos-. Pero me sienta mal haber perdido lo que teníamos antes de que mis amigas me lo pusieran delante. Sí, fueron mis amigas del instituto las que me hicieron fijarme en él como un hombre y no como el chico que me hacía reír y que compartía sus intimidades conmigo. Ahora ando un poco perdida, más que nada porque no e interesan otros chicos y no he tenido ningún escarceo con el sexo opuesto.
Creo que Víctor lo sospecha…
Pero no me queda más remedio que seguir suspirando por él. Este año terminará la carrera, se irá de casa y me quedaré sola, pensando en lo que podría haber sido y nunca fue…
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Búscalo en la bilogía Su Hermano.