Vale. La caja estaba vacía. ¿Y qué? No era tan difícil empezar a llenarla. Había cientos de cosas en aquel despacho donde había pasado casi la totalidad de su vida adulta. Ahora, con mas de sesenta años cumplidos, y demasiadas arrugas en el rostro como para contarlas con la misma facilidad que sus primaveras, tenía que volver a la casa …
Amor, mírame mientras me folla.
Y ahí estás… dejándote que te taladre el culo el vecino… ¡Qué poco le costó dejarse convencer de que yo estaba borracho y no me iba a enterar de la follada! ¡Como se nota lo salido que estaba! Cuando te miraba en la fiesta, lascivo, creyendo que yo no observaba… ¡Y qué buena guarra eres tú, que te dejas follar …