Mi cara de sorpresa con tu respuesta, tus ojos ilusionados a la espera de la mía. Un guiño, una sonrisa, un asentimiento. Un compromiso… tu regalo. Decididamente organizar toda esta parafernalia para ofrecerte lo que quieras pedirme por tu onomástica tal vez me fuera a salir tremendamente caro. Una caída de los párpados al hacerte el ofrecimiento mientras la música …
Mi porteño
Mírame a los ojos y quémate en sus llamas. Estoy prendida de deseo, encelada. Estoy llena y vacía. Liviana. Loca y cuerda… Pero sobre todo… excitada… Mira como cruzo las piernas. Desea tocarlas; allí quiero tus manos, allí necesito tus dedos, en la unión de los muslos con las nalgas, donde la curva se vuelve deseo y el deseo prende …
La tabernera
¿Cómo había empezado todo? Ni lo recordaba bien, y tal vez ni debiera recordarlo. Tenía en la lengua la sensación del alcohol de la noche y el dolor de cabeza, pero no podía asociar las imágenes de forma concreta. Tampoco podía saber cómo había llegado hasta la calle… aunque lo intuía. En mi mano, solo la nota de papel que …
Tú, mi amante; yo, la tuya…
Y cuando las luces se apaguen y sienta tus labios sobre mi piel caliente gemiré… lo sé. Lo he hecho tantas veces… Desearé escucharte susurrarme cosas obscenas, desearé que me soples allí donde necesito tus caricias. Soñaré con sentir el surcar de tus dedos por mis pliegues hasta localizar los puntos que reclaman tus atenciones con mi súbita agonía. Moriré… …
Lamentos…
¡Pero por qué habré sido tan estúpida! Me corren las lágrimas por las mejillas de miedo e impotencia; me como las uñas a rente, como nunca había hecho, de la ansiedad tan grande que me atenaza el pecho; simplemente, como resumen muy vago, podría decir que me siento morir… Me odio por tonta, me odio por pasional, me odio por …
Mírame bailar…
¡Mírame bailar! Y sufre… Aquí arriba soy la reina. Deséame y muere por mis huesos. No volverás a tocarme, eso me lo he prometido. ¿Has creído que porque una vez me dejé seducir va a tenerme disponible? Imbécil… Sufre… sí. Siente tu erección y muérete de ganas. No volverás a enterrar tu polla entre mis piernas, no volverás a disfrutar …
Tu querida…
Rozar tu piel apenas con la yema del dedo… y sentir que se aleja tu espalda. Un suspiro mío… uno tuyo… No me dejas acercarme, no me dejas alejarme. ¡Maldito seas mil veces por convertir mi vida en el juego loco en el que se ha transformado! Desearte y no poder siquiera imaginar cómo sería estar, por un solo minuto, …
Cabalgar…
La tira de cuero curtido le aprieta el cuello… fuerte, de forma contundente, con decisión. Eso es lo que verdaderamente le excita. El con las piernas a ambos lados de sus nalgas, en cuclillas, perforándole el culo con la polla férrea en ritmo frenético. En vez de usar la cama como tantas otras veces, hoy, por algún extraño motivo, han …
Desconocido
Dos pasos más y tendré que decirle que llamo a la policía. El tipo lleva uno de esos gorros oscuros para la nieve, enfundado hasta las orejas. Tiene los ojos duros, rasgados pero grandes al mismo tiempo. La nariz aletea con cada respiración, y la boca es una línea recta que intimida incluso más que los ojos. En definitiva, ese …
Sentirme puta
Dos o tres veces al año me visto de puta. Minifalda indecente de plástico imitando el cuero, botas de fino tacón incómodas como la madre que las parió, de esas que terminan en chúpame la punta y te rozar la parte de atrás de las rodillas. Y sujetador de cortinilla en vez de camiseta. Sin bolso, cabello recogido en una …