No me prometas… No me prometas amor en todas tus cartas, en todos tus mensajes, en todas tus miradas. No me prometas caricias con una piel que está tan lejos de la mía que no seré jamás capaz de sentirla en la distancia. No me prometas… No me prometas que siempre estarán tus dedos haciendo bucles en mis cabellos. No …
Intimidad es…
La verdadera pasión e intimidad no se demuestra mientras tienes las piernas separadas, entregando tu vientre a la verga que él aferra entre los dedos. La verdadera complicidad no se plasma en dos bocas entrelazando lenguas, mordiendo labios, explorando paladares ávidos de carne compacta. La verdadera plenitud de la pareja no se destila de los dedos entrelazados entre embestida y …
Rojo de labios
Se te van los dedos, y los labios. Te contienes y no sabes de qué forma. Se te va la mente siempre a la misma idea. Desdibujar el rojo que cubre mis labios, ya sea con las yemas, dejando marca hacia la barbilla, o con la boca, robándomelo con tu saliva. Se te va el deseo a mancharme el rostro… …
La Olvidada
Me siento olvidada. ¿Me recuerdas? ¿Recuerdas el sabor de mis labios, la calidez de mi piel, o el olor de mi pelo? ¿Recuerdas el sonido de mi voz, susurrándote palabras obscenas al oído, o el tacto de mi mano aferrada a tu verga tiesa? ¿Me recuerdas? Hace tantas lunas que no visitas mi cama que empiezo a ponerlo en duda. …
Sacrificios
“Sí, putilla. Sigue moviéndote así… Sigue haciendo maravillas en mi polla. Lame, zorrita. Que se note que tienes ganas…” Poco importa si los gemidos que levantan mi verga son fingidos. Poco importa si tu mirada de deseo no es tal, y si la humedad de tu entrepierna es provocada por algún lubricante que antes te has colocado. Al fin y …
Sentirme puta
Dos o tres veces al año me visto de puta. Minifalda indecente de plástico imitando el cuero, botas de fino tacón incómodas como la madre que las parió, de esas que terminan en chúpame la punta y te rozar la parte de atrás de las rodillas. Y sujetador de cortinilla en vez de camiseta. Sin bolso, cabello recogido en una …
Una buena puta
– ¡Eres una cerda!- te dice tu madre, después de que te sorprendiera con la cabeza de tu novio enterrada entre las piernas.- No te tienes ni un poco de respeto. Y tanto que sí te lo tienes. Si no, no estarías dejándote comer el coño por la mejor lengua del instituto. El culo más prieto… y la polla más cachonda. …
La tortura de la puta
Mis cuatro extremidades apoyadas sobre el cobertor de la cama… Dos rodillas separadas, dos palmas de manos casi entumecidas a tu lado. Medias delicadas, tacones aun puestos. Y la cabeza de la putilla que me has traído metida en mi entrepierna. Su lengua me recorre el coño desde hace… ¡Dios! He llegado a perder la cuenta. No tengo reloj, las …
Una carta, de tu puta
La puta se sienta en la silla del escritorio de su habitación de hotel. Está cansada, ya está amaneciendo. Quiere dormir… Pero necesita escribir antes de irse a la cama. Ya tiene el papel a mano y un boli de propaganda del bar donde ha estado bailando. Está desnuda, con las piernas abiertas a horcajadas sobre la silla. Solo lleva …