Recuerdo mi infancia rodeada de una canción, o dos, de Serrat. En verdad fueron todas sus canciones, porque mi madre simplemente lo adoraba. Se declaraba una enamorada de ese hombre, al que yo le veía demasiadas arrugas y bastante poco pelo. Pero allí estaba ella, tarareando sus letras, diciendo que de pequeña tuvo mucha mejor voz de la que tenía …