Contar hasta diez para no pensar en que viste su carita por última vez esta mañana. Por no llorar. Por no irte dejando un reflejo amargo que se quede grabado en el gesto y que después vea cuando te encuentre en el suelo, tirada… Porque sabes que no vivirás para contar hasta veinte. El tiempo se acaba y veinte queda …
Suspira
Suspira por lo que sientes. Suspira por lo que te provoco. Suspira porque me deseas. Suspira porque te hago estremecer… Suspiro porque ardo. Suspiro porque me cautivan tus manos. Suspiro porque estoy desesperada por aferrarme a lo que escondes en tu bragueta. Suspiro porque sólo cuando estás entre mis piernas soy feliz…
Beso
Ella lo miró de reojo. Él le devolvió la mirada, deliciosamente perversa. Ella dejó escapar el aire en un sonoro suspiro, y él la hizo volver a cogerlo cuando le puso una mano sobre los labios humedecidos. Ella cerró los ojos, y él le arrebató el aliento en un apasionado beso.
Anillo
Tu anillo brillando en el dedo gritándome que lo mancillara. No eras infiel, pero deseabas que te provocara.
La alcoba
Me doy de narices contra la realidad y no es otra que, aunque me empeñe en girarme hacia el otro lado de la cama, para no verte, sigues roncando allí, donde caes siempre dormido, sin importarte las lágrimas que vierto en mi almohada. Cierro los ojos e imagino que no estás ahí, y que mi cuerpo por fin puede disfrutar …
Masticando piedras
Y, de pronto, el sabor de la comida perdió toda importancia. Podía estar masticando piedras que no me habría dado cuenta. Tal vez se cayó la cuchara al suelo, o ni me planteé que fue un tenedor lo que quizás hizo ese sonido tan característico al rebotar contra el marmol bajo mis pies. Habías entrado en la estancia. Tal vez …
Cuando nadie te llama…
La describiría si la viera, pero solamente puedo imaginarla. La oscuridad me ciega a la hora de hacer el esfuerzo, e intuyo líneas difusas que poco pueden aportar para satisfacer mis dudas. Se perfila su cabello revuelto sobre la blancura de un forro de almohada, desmadejado por el sueño que agitaba hace pocos instantes su cabeza. Una mancha de rímel …
Y ya tengo hasta canas…
De pie, tras la alumna, intento concentrarme en lo que está haciendo. Es la primera vez que ponen una estudiante a mi cargo, y lo cierto es que me ha impuesto algo de respeto. “Un poco no, no seas mentirosa. Te has asustado”. Y me he sentido vieja… Si el ánimo fuera otro probablemente me habría sentido henchida de orgullo …