La historia de mi escapada a la playa comienza como empezaría cualquier película mala, de esas que ponen a las tres de la mañana para rellenar el espacio muerto entre la teletienda… y más teletienda: En la barra de un bar. ¿Qué hacía yo allí? Emborracharme. Día pésimo, semana pésima… Creo que podía decir, también, que el peor mes de …
Cojines
Escuchar ciertas letras, a veces, consuelan. En esta ocasión sonaba una de mis favoritas de Sabina, de esas que había convertido en himno para ayudarme a levantar por la mañana. Apoyado en los cojines dejaba que me hiciera sentir la letra. No sé si en ese momento me consolaba… pero igualmente me hacía falta. Porque me costaba recordarme ciertas cosas …
El que nunca repite
Eso me pasaba por ser «el que nunca repite» – ¿Cómo dices que te llamabas? ¡Plash! El bofetón llegó demasiado rápido, pero en cierto modo sabía que me lo merecía, y no hubiera intentado esquivarlo. Dolía, pero sobre todo por el mal sabor de boca que dejaba. Y no precisamente por la sangre. Decepción cruda en los ojos de ella. …
Cálidas noches de verano…
Arena cálida bajo los pies, calentando las plantas. Eso solo pasa en verano. Cogerla en la mano y dejar que se escurra entre los dedos, mientras la ves como se aleja con gracia arrastrada por la brisa marina… Recordarte… Noches de playa, con ropa ligera y calor en la piel. Tu brazo rodando mis hombros, justo antes de hacerme la …
Mirarme y sentirme menos…
No debiera ser así, pero me siento menos. Me miro al espejo, pasando las manos por el abdomen; abultado, por los meses de embarazo. Me siento menos y lo odio, por más que mi cuerpo se ha amoldado bastante bien a los cambios, y aunque mi preñez es más que evidente, sigo teniendo unas curvas muy deseables. O eso creía… …
Plantada
Ya llega otra vez tarde… Otra vez plantada. No quiero mirar el puñetero reloj. No pienso desquiciarme nuevamente. Aquí, al lado de esta puta cabina de teléfono, porque el móvil se ha quedado al fin sin batería, llevo ya un buen rato pasando frío con el minivestido de criada. Debí imaginarlo cuando elegí el disfraz, era obvio que otra vez …
Tu piel, mi fetiche
El perfecto acoplamiento entre los cuerpos, donde solo se distingue el inicio de uno con el término del otro por el color de la piel, me deja completamente perturbada. Me pediste que mirara, y eso hago. Y ahora no sé cuánto podré resistir sin sucumbir al deseo de unirme a completar el cuadro. Amigo perverso… no me vuelvas a pedir …
Obsesión
Sí. Le miro el culo. ¿Y qué? No me he propasado en ningún momento con ella. No puedo entender que mi jefa tome cartas en el asunto, como ella dice, por tener ojos en la cara. ¡Hombre, por Dios! ¡Que solo le he mirado el culo! Si es que al final no va a poder uno apreciar las bondades del …
Sentirte otra vez
Hubo un tiempo en mi vida en que separaba las piernas y los hombres acudían… Sí, en manada acudían. No sé si me olían, no sé si la vista de mis carnes prietas les excitaba, imagino que el sonido de mi voz llamándoles también ayudaba… En ese tiempo disfruté de sus sexos tanto como pude, tanto como me ofrecieron. Fui …