Le quité el polvo a la lámpara como quien mata mosquitos con un paño mojado. Con rabia, con fuerza, casi queriendo romperla en cada gesto que le daba. Casi no… En verdad quería romperla. Era de esos regalos horribles que te hacen la boda y que por compromiso no lo pones a la venta en las tiendas de segunda mano. …