Me siento olvidada. ¿Me recuerdas? ¿Recuerdas el sabor de mis labios, la calidez de mi piel, o el olor de mi pelo? ¿Recuerdas el sonido de mi voz, susurrándote palabras obscenas al oído, o el tacto de mi mano aferrada a tu verga tiesa? ¿Me recuerdas? Hace tantas lunas que no visitas mi cama que empiezo a ponerlo en duda. …
Te escribo para que te acuerdes de mí.
Para que te estremezcas al sentirme lejos, para que te lamentes por no tenerme cerca.
Para que regreses…
Soy Deseo
Soy deseo, lo sé. Así me siento… Me gusta que me desees y que mueras por enterrarte en mis carnes, húmedas ante tu recuerdo. Tus instintos más básicos se encienden cuando me encuentro cerca, o simplemente muy lejos. Y saberme, aun así, deseada… estremece la piel que se arquea al compás de sinuosos movimientos. Danza de sexo. Caderas bamboleantes, dedos …
Excitada
¡Dios! Estar caliente en mi cama, retorcerme y sentirme mojada entre las piernas… Arder y sudar, temblar y desfallecer. ¡Y desearte! Sí… Desearte… Desesperada por sentirte enterrar en mí, ansiosa por perderme en tu lujuria. Cachonda… completamente cachonda. Y no lo niego… Así me tienes porque así me has puesto, con cada palabra y cada mirada. Muero por ti, por …
Dormir enredados
La transparencia de tu piel invita a cubrirla de besos. No besos salvajes, de esos que siempre me han gustado, sino de caricias con los labios, suspiros con el aliento exhalado, que se tornan ternura y te erizan con el avance de la boca. Delicada, como nunca he sido con un hombre. Tu piel necesita mis atenciones, y yo me …
¿Celos?
Celos… No, eso no es lo que siento. Voy a ser ahora sincera, que ya viene haciendo falta, contigo. No son celos, pero casi. Si fueran celos implicaría que tengo miedo. Simplemente, me molestas. No pierdas más tu tiempo pensando que me intimidas. No van por ahí los tiros… Para nada. No te quiero a su lado. Ni hoy, ni …
Derrámate
¿Sexo oral? ¿Sólo? Sí… sólo sexo oral… Pero no es poco. ¿Cómo pensar que algo tan perfecto puede ser considerado escaso, o necesitar un complemento? ¿Cómo mejorar el éxtasis de las partes corporales, destinadas a encontrarse una y mil veces, sea donde sea, por el mero placer de la unión carnal? No es únicamente follarme la boca… No se puede …
Desearte… y pecar.
– Estás muy mojada, Cielo. – Especifica… Estoy muy mojada, por ti. Y sí, lo estoy. ¿Cómo no estarlo? Cuando llevo interminables minutos sintiendo las caricias de tus ojos sobre mi piel, mientras me observabas desde el otro lado del local, donde degustabas una copa, devorándome con la mirada, pausadamente. ¿Cómo no estarlo? Cuando sabía lo que me susurraban tus …
La buena amiga
Perdona, ¡por Dios! Perdona… Fui estúpida; lo sé, y lo siento. No sé cómo me dejé llevar, no sé cómo se me ocurrió hacerlo… ni cómo me atreví. Es verdad, lo confieso. Hacía tiempo que lo deseaba… Mirarlo era en sí ya pecado, y continué observando. Pero nunca debí pasar esa línea que quise trazarme, cuando aún me importaba algo …
Confesiones de una aprendiz de sumisa.
Caliente… sí. Caliente durante días. Así me has tenido, mi Amo. Así me querías, para ti, y para mi marido. Fueron tus órdenes, y creo que estarás satisfecho. Pero algo en mí, aparte de excitado, está nervioso y temeroso al mismo tiempo. Algo que no esperaba que apareciera, algo que me tiene perdida… Sintiendo tu presencia cada vez que me …
Cenizas del Deseo
Deseo. Puro, simple, inalterable. Hay cosas que no se pueden fingir. Probablemente, este sentimiento, sea una de ellas. Y ahora, mientras me miras, mientras me hueles, mientras me tocas… Ahora no finjo. Soy tuya, tú me tienes alterada, tú me tienes ardiente entre las manos viriles. Ahora, que sé quién eres… ahora sé para quién me excito. Mientras me imaginas …