Contar hasta diez para no pensar en que viste su carita por última vez esta mañana. Por no llorar. Por no irte dejando un reflejo amargo que se quede grabado en el gesto y que después vea cuando te encuentre en el suelo, tirada… Porque sabes que no vivirás para contar hasta veinte. El tiempo se acaba y veinte queda …
Suspira
Suspira por lo que sientes. Suspira por lo que te provoco. Suspira porque me deseas. Suspira porque te hago estremecer… Suspiro porque ardo. Suspiro porque me cautivan tus manos. Suspiro porque estoy desesperada por aferrarme a lo que escondes en tu bragueta. Suspiro porque sólo cuando estás entre mis piernas soy feliz…
Beso
Ella lo miró de reojo. Él le devolvió la mirada, deliciosamente perversa. Ella dejó escapar el aire en un sonoro suspiro, y él la hizo volver a cogerlo cuando le puso una mano sobre los labios humedecidos. Ella cerró los ojos, y él le arrebató el aliento en un apasionado beso.
Anillo
Tu anillo brillando en el dedo gritándome que lo mancillara. No eras infiel, pero deseabas que te provocara.
Cubrirse de polvo
– Te prometo, Dios mío, que si me haces salir de ésta dejo de meterme tanta mierda por la nariz. Allí estaba yo, tratando de respirar mientras los polvos de talco caían sobre mi cara como si de pronto hubiera empezado a llover de forma torrencial dentro de la amplia sala. Al principio estornudé, pero a medida que fue entrando …
Inventarse una vida de sangre
Le va contando a todo el mundo se que se llama Donato, que fue reclutado en Palermo por la milicia cuando apenas sabía contar su edad con los dedos de una mano y que su acento era tan raro porque no recordaba haber pasado más de un año en cada uno de los países por los que lo arrastraron, mientras …
La alcoba
Me doy de narices contra la realidad y no es otra que, aunque me empeñe en girarme hacia el otro lado de la cama, para no verte, sigues roncando allí, donde caes siempre dormido, sin importarte las lágrimas que vierto en mi almohada. Cierro los ojos e imagino que no estás ahí, y que mi cuerpo por fin puede disfrutar …
Zapatos de tacón
¿Dónde dices que quedaron tus zapatos de tacón? Tus pies me cuentan que te cansaste de llevarlos, tras el peso de los años y los tobillos torcidos. Desilusiones pasadas, amores resquebrajados. Ellos, un triste día de otoño, me confesaron que los arrojaste contra la puerta que se cerró al escaparse él de tu lado. Dejaron una fea marca en la …
De canción en canción
Recuerdo mi infancia rodeada de una canción, o dos, de Serrat. En verdad fueron todas sus canciones, porque mi madre simplemente lo adoraba. Se declaraba una enamorada de ese hombre, al que yo le veía demasiadas arrugas y bastante poco pelo. Pero allí estaba ella, tarareando sus letras, diciendo que de pequeña tuvo mucha mejor voz de la que tenía …
La amada Luna
El reflejo plateado de la ,dueña de la noche teñía la tranquila superficie del espejo dulce que hacía miles de años alguien había incrustado en su nada particular. Ciertamente era el lugar más hermoso que los mortales poseían en su terrenal mundo. El problema estaba que el regalo de los poderosos creadores del universo no había sido creado para los …