Estoy asustada… No sé decir adios. Lo reconozco. Te miro, tumbado en la cama, y pienso que esta es la última vez que te beso. Y la última vez que pruebo tu piel… He decidido dejarte. Duermes plácidamente tras el orgasmo. Me diste de beber, como tantas veces antes. Me atraganté con el hambre que llevaba de ti… y al …
Restregarme en tu cama
Ando perfecta… No me busques fallos. Hoy, ciertamente, no vas a poder mirarme con malos ojos y decirme que es un riesgo. Te he cogido desprevenido, nada tienes que hacer ante lo que te he preparado. Ningún descuido. Nada… Me miras de arriba a abajo, asombrado. No estamos hablando de haber cuidado la ropa, que lo he hecho. Jamás volverás …
Una cama vacía
Darse la vuelta en la cama, en la inmensa cama de matrimonio, y no encontrar nada… Así, tantas noches; así, tantas madrugadas… Las sábanas enredadas en mis piernas como único vestido de noche. Dormir desnuda por costumbre, arrimada al calor del cuerpo del ser amado. Se me hace extraño que haya llegado la frialdad del invierno y torture la tranquilidad …
La tortura de la puta
Mis cuatro extremidades apoyadas sobre el cobertor de la cama… Dos rodillas separadas, dos palmas de manos casi entumecidas a tu lado. Medias delicadas, tacones aun puestos. Y la cabeza de la putilla que me has traído metida en mi entrepierna. Su lengua me recorre el coño desde hace… ¡Dios! He llegado a perder la cuenta. No tengo reloj, las …
Dos gatas
Te despiertas con sensación de vértigo, algo mareado. Está oscuro, y solo puedes distinguir un haz de luz donde supones que hay una puerta, colándose bajo ella. No escuchas nada. Al intentar incorporarte de das cuenta de que estás encadenado a una cama muy grande, con esposas en los tobillos y muñecas, de esas que vienen forradas en peluche, (por …
¿Has averiguado ya cuál es mi coño?
Imagina cuatro tobillos recubiertos de encaje negro. Cuatro tacones, cuatro pantorrillas… Imagina que esas piernas están dobladas sobre el cobertor de tu cama, cuatro rodillas apuntando al techo, cuatro rodillas separadas… Cuatro piernas enseñándotelo todo. Miras desde los pies de la cama esos muslos bronceados… Bueno, no nos engañemos. No es eso lo que estás mirando, ¿verdad? Dos coños para …