Seca la saliva que he dejado en el descenso desde tu nuca a la curva donde termina tu espalda. Cubre la piel que se erizó con el calor de mi lengua y el aire cálido que se escapaba de mi boca en el camino de bajada. Recompón tu imagen, que parezca que no sientes nada… Pero no me mientas. No …
Finales… con perdices
Y no… ella no pudo comer perdices. Es complicado llevarte ese manjar a la boca cuando el animal se empeña en permanecer vivo y picotearte las manos al tratar de desplumarlo. Los finales felices a veces no existen, y sabía que si lograba retorcerle el pescuezo al orgulloso ave cocinaría la carne para que se la comiera el capullo con …
Tu mirada en el botón
Mi mano suelta otro botón… Y los ojos se deslizan de mis ojos a mi cuello, de mi cuello a la tela de la blusa, y allí pierden todas sus buenas intenciones. Porque los ojos no son santos, y tu mente lo es menos. Allí, donde la tela se transparenta pero no tanto como añoras, tus deseos se pelean por …
Rojo en los tacones
Y con total descaro bajaste la mirada de mis ojos al escote, y de allí pensaste que había que continuar con la osadía. Te faltaban los tacones. Tu bolígrafo en la mano un par de segundos antes de que en tu boca se dibujara la más perversa de las sonrisas. Y tus dedos soltando a propósito el bolígrafo, para que …
Rojo de labios
Se te van los dedos, y los labios. Te contienes y no sabes de qué forma. Se te va la mente siempre a la misma idea. Desdibujar el rojo que cubre mis labios, ya sea con las yemas, dejando marca hacia la barbilla, o con la boca, robándomelo con tu saliva. Se te va el deseo a mancharme el rostro… …