Jabones con promesas vacías

magela Deja que te cuide... con palabras, La Pluma de Magela Gracia, Relatos Comenta

– ¿Y por qué demonios no se quita esta mancha? Arrojó otra vez la casaca del uniforme al interior de la lavadora, buscó en los programas de lavado alguno que tuviera la temperatura tan alta que pudiera desteñir el tejido si no hubiera sido blanco –aunque no estaba segura de que los colores que usaban en los tintes de los …

Sacarina

magela Deja que te cuide... con palabras, La Pluma de Magela Gracia, Microrelatos Comenta

Había tirado todas las cucharillas de postre, hacía ya mucho tiempo, a la basura. Luego pensó que podía haberlas entregado a la beneficencia, pero no tuvo ganas de bajar esa noche al contenedor para buscar la bolsa negra entre tantas otras bolsas igual de negras y con peor olor. No necesitaba cucharillas. No buscaba el dulce y él no la …

Vasos de cristal

magela Deja que te cuide... con palabras, La Pluma de Magela Gracia, Microrelatos Comenta

Cuando te has terminado la cuarta copa ya no te acuerdas de por qué te bebiste la primera. La cuarta hace que la cabeza dé vueltas, que te rías de todo, que la vida parezca menos seria. La tercera no tuvo ese efecto, por desgracia. Se la bebió como si temiera que fuera a evaporarse del vaso, con miedo a …

Tu nombre en el esparadrapo

magela Deja que te cuide... con palabras, La Pluma de Magela Gracia, Microrelatos 1 Comment

Hoy, rebuscando entre las cajas que tengo guardadas en tu alcoba, he encontrado ese trozo de esparadrapo donde pintaron tu nombre. No son simplemente un par de letras escritas en rotulador negro para identificar tu cuna. A ti, por ser el único adorno que podrías llevar en muchos días, te dibujaron el nombre más bonito que pudo permitirse la autora …

Aferrarte la mano.

magela Deja que te cuide... con palabras, La Pluma de Magela Gracia, Microrelatos Comenta

Tenía los pechos llenos de leche. Salí corriendo del hospital, tras dos noches sin tocar la acera de la calle. Llevaba todo ese tiempo sin dormir, sentada al lado de mi padre, con su mano entrelazada en la mía y la vista clavada en sus ojos cerrados. Me empeñaba en contar sus respiraciones, cada vez con más segundos entre la …